Mientras
comían. Jesús tomó un pan, pronunció la bendición, lo partió y
se lo dio, diciendo: «Tomad, esto es mi cuerpo.» Cogiendo una copa,
pronunció la acción de gracias, se la dio, y todos bebieron. Y les
dijo: «Ésta es mi sangre, sangre de la alianza, derramada por
todos. Os aseguro que no volveré a beber del fruto de la vid hasta
el día que beba el vino nuevo en el reino de Dios.»
San
Marcos (14,12-16.22-26)